Tras diversas presentaciones en sociedades científicas, en la
Universidad de la Sorbona, en Bruselas y otros lugares, se procedió a su
explotación comercial en la primera sesión exhibida para un público
comercialmente como primer espectáculo de pago el 28 de diciembre de
1895 en París, en el Salon Indien del Grand Café, en el Boulevard des
Capucines, donde se proyectaron varias cintas entre las que destacaban,
aparte de la ya citada Salida de la fábrica Lumière, otras como Llegada
de un tren a la estación de la Ciotat o El desayuno del bebé, e incluía
la primera película de ficción: El regador regado. Así, con este
catálogo, el cine comenzó su historia a modo de documental, como testigo
objetivo de la vida cotidiana.
Los hermanos pensaban que «el
cine es una invención sin ningún futuro», aprovechable sólo para el
ámbito de la intimidad. No obstante, aprovecharon todo lo que el nuevo
invento les ofreció para generar riqueza y montar un negocio rentable.
Los Lumière enviaban un cinematógrafo y un operador allá donde era
requerido, por ejemplo a la Coronación del zar Nicolás, etc. Con estas
cintas rodadas en los lugares más exóticos del planeta surge el montaje.
Su
posición económica y el interés que mostraban hacia la ciencia les hizo
menospreciar las posibilidades comerciales de su invento, por lo que
finalmente abandonaron la producción cinematográfica.
En 1903 patentaron un proceso para realizar fotografías en color, el Autochrome Lumière, lanzado al mercado en 1907.
Actualmente su cámara esta en el museo de cine de Paris, con la de George Méliès.
No hay comentarios:
Publicar un comentario